jueves, noviembre 16, 2006

The vinyl touch

Ayer, echando otro de mis ratos al frente de los platos, me vino a la cabeza una reflexión un poco extraña, pero quizá tenga más sentido del que le doy.

Normalmente, pincho hard-house o techno europeo. Y también normalmente, improviso las mezclas; es decir, hago experimentos mezclando canciones que antes no he logrado (o intentado) mezclar, por muy distintos estilos que posean. No me da pereza mezclar un tema hard-house a 150 bpm con otro house a 130 (ajustando los tiempos, claro está).

La duda que me surgió es la siguiente: ¿Qué es lo importante, el DJ y su técnica, o los discos que éste posee y pincha?. Siempre he dicho que mi ídolo es Jeff Mills (enlace en inglés), por lo que en mis ratos de aburrimiento me dedico a buscar cosas sobre él: sus sesiones, críticas, discos, etc... Y últimamente, encuentro muchas críticas hacia él. Los nuevos fans del techno (por llamarlos algo) dicen que está acabado. Lo curioso es que le atribuyen el fracaso a que pincha discos ya "pasados de moda". Y yo me pregunto, siendo Jeff Mills (ese tio capaz de pinchar a tres platos y no verle las manos), ¿es esto cierto? ¿Tan importante es el disco que pinchas?

Descubrí a Mills en el 96, en un reportaje sobre el Sonar de aquel año. Y dijo algo que me marcó: "Cualquiera puede ser DJ, sólo hacen falta un par de platos y una mesa de mezclas. Sin embargo, lo importante no es ésto, sino lo que logras transmitir con tu música". Cuánta razón tenía.

Quizá el problema esté en la adopción en masa de la música electrónica. Quizá esté en mi forma de concebir dicha música. O quizá sean mis vinilos los que me transmiten sensaciones que muchos no logran comprender.

Aún me queda mucho por aprender.

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