domingo, agosto 28, 2005

La manzana podrida

Nunca lo imaginé, pero mi matrimonio con Apple ha acabado como el peor de los divorcios, o lo que es lo mismo, Apple se lleva la pasta y yo me quedo con los trastos rotos.

Sí, mi iBook ya ha pasado a mejor vida, o casi, porque aún agoniza. El dichoso fallo de la placa base de los iBook G3 ha vuelto a mi vida, con un resultado desastroso. Yo no sé en qué estaban pensando los ingenieros, probablemente en la pintura blanca de la carcasa, pero la cagaron de pleno.

El resultado de esto: tengo un portátil que está forzado a estar fijo en una mesa o de lo contrario no muestra nada por la pantalla y de paso cortocircuita la placa base.

Ya me cambiaron la placa base una vez, que por cierto, cuando la semana pasada abrí el aparato, me acordé de los técnicos. La visión era patética, tornillos medio sueltos, la placa que protege la placa base (valga la redundancia) doblada... una pena. Leí que el problema podía ser que el chip de video no hiciera contacto con la placa, así que lo abrí, pero no encontré nada raro. Esta vez no paso por el aro, no pienso gastarme 600 euros en una placa base que dentro de unos meses va a volver a fallar.

Espero que a Apple mejore esos fallos con el paso a Intel, pero después de esto, y del tema de DRM, tardaré en volver a tener una manzana en mi escritorio/mochila.

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